Crónica de un no Encuentro. Anotaciones en Meditación.

Este mes de Marzo no ha habido Encuentro. Al menos Encuentro físico. Siempre están los Encuentros de Almas. Esos no tienen fecha.

Le he pedido a Alberto, que nos iba a compartir acerca de sus 30 años de experiencia en el mundo del Zen, que nos haga un adelanto de lo que nos compartirá, cuando llegue el momento. Todo llega cuando es su momento.

“””Realmente conocemos muy poco de nosotros mismos. Con mucha ingenuidad nos fuimos identificando con la exterioridad, con lo superficial.

Nos creímos lo aparente, pero cuando nos abrimos al otro lado de la Vida, cuando nos abrimos al Interior, se van rompiendo las identificaciones, y poco a poco nos va resultando más fácil Vivir con mayor Gozo, Libertad, Confianza y Amor.

El ego es como un muro que nos separa de nosotros mismos, del exterior, es la frontera de nuestra Libertad.

El Silencio va acallando al ego. El Silencio va silenciando el miedo. Nos va dando Amor y Luz.

Al igual que en nosotros, en el Mar siempre hay oleaje en la superficie, y a veces fuerte oleaje, pero en lo profundo hay calma, sosiego. 

Si nosotros nos dejamos caer y buceamos en nuestro interior veremos como todo se va calmando, se va sosegando.

Cuando el ego va palideciendo vamos recuperando la Paz y la Alegría de Vivir.

No hay camino, se hace Camino al andar y por eso es tan imprescindible, en el camino del Zen, en el Camino del Silencio el practicar la Atención, practicar la Meditación, que es andar y experimentar en la Vida.

Es un regreso a nosotros mismos y aparecerán cosas que nos atraigan y otras que rechacemos y se formarán resistencias. Con estas resistencias no hay que luchar, simplemente dejarlas, pues poco a poco irán cediendo. En el Silencio todo se va ablandando, sosegando, remansando.

En el Silencio puedes ir recuperando el sabor a Vida, no es una evasión. Evasión pueden ser los proyectos, las pretensiones ... Hay que Vivir lo que va aconteciendo. El Silencio es Aceptación, Acogida y no escapada, hay que Estar donde se está.

Amor es estar atentos, completamente abiertos y el aprendizaje es ir una y otra vez, estar Presentes, hacernos presentes, estar atentos en la Vida. Es aprender a Vivir la Vida, saboreándola, cada gesto, cada mirada, saboreando el gusto de Vivir.

El Silencio nos proporciona el regusto del Vivir. Pero esto se aprende paso a paso, pues tendemos a vivir la meta y no los pasos intermedios y eso nos hace ir algo atolondrados. Nos podríamos encontrar con un jardín: " Quizás no haya fiesta mejor que la fiesta del Corazón, la eterna fiesta de la Atención día a día, pisada a pisada".

El castigo y el reproche no son beneficiosos, dejamos que entre en nuestro Corazón el desaliento. Siempre podemos volver a empezar, siempre podemos ser debutantes en la Vida, cada instante.

En la Práctica solo tenemos que dejarnos encontrar, ir a lo más hondo, a lo más profundo, en donde no hay movilidad, en donde todo esta aquietado ... Como una gran roca.

Anotaciones en Meditación.

Alberto”””




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