"Crónicas de Ávalon" (34) El Gran Teatro del Mundo - 2

VII
En la Matriz Holográfica en la que cada uno representa el papel
que corresponde al grado de consciencia que asume
y la visión del mundo que hace suya,
la Experiencia Consciencial es lo único Real.
Ni la identidad personal, ni la idea de ser son verdaderas,
sólo la Experiencia Consciencial.
Por ello se puede afirmar:
no disfruto de la felicidad, Soy la Felicidad;
no siento alegría, Soy la Alegría;
no experimento dolor, Soy el Dolor;
no tengo sentimientos, Soy el Sentimiento;
no noto sensaciones, Soy Todas las Sensaciones;
no Amo: Soy el Amor;
no existo: Soy.
Y Soy sin Ser,
pues No Ser es la manifestación perfecta de Ser.
Soy porque no Soy:
Soy porque Cristo Es.
No Soy, sino que Soy Él,
pues Él, y no yo, y el Padre/Madre a través de Él,
es quien vive en mi la Experiencia Consciencial.

VIII
La Experiencia Consciencial subyace en la Matriz Holográfica
y fluye en ella energética e interactivamente,
configurando una Red Consciencial.
En el Gran Teatro del Mundo,
esta Red Consciencial es lo único Real, lo único que Es.
En cambio, nada de lo que la Matriz muestra,
con apariencia de solidez material,
existe en realidad.
Los objetos, cosas y cuerpos físicos
que nuestra mente intelectualiza
y de los que nuestros sentidos racionales se percatan
conforman sólo el escenario virtual de ese Teatro.
Son meros hologramas generados por ondas vibratorias
con diferentes gradaciones frecuenciales.

IX
La Red Consciencial produce en sí misma
una condición profundamente Inteligente,
una Consciencia absoluta, pura y sin límites.
En ella se integra la dimensión espiritual del ser humano,
aunque su mente y sus sentidos físicos suelan permanecer ajenos a ello
y sólo perciban los hologramas virtuales.
La llamada racionalidad no da más de sí.

X
Nada de lo que tu mente pueda intelectualizar existe en la Realidad;
nada de lo que tus sentidos puedan racionalizar es Real.
Lo que parece ser, no es; lo que aparenta no ser, es.
Es una auténtica Paradoja de Consciencia
que sólo el Amor puede resolver.

XI
Falsa es cualquier cosa que surja de una observación
donde tú estés por un lado y el mundo por otro;
falaz es cualquier idea que emane de un diálogo
entre un sujeto, lo que tú piensas que eres,
y un objeto, lo que tú crees que no eres.
Mientras te mantengas en estas dicotomías,
tú y el mundo, sujeto y objeto,
todo lo verás en clave de separación y dualidades
y permanecerás ciego ante la verdad.
Para percatarte de la esencia de la Experiencia Consciencial
has de ir más allá de la intelectualización de la mente;
para percibir la naturaleza de la Red de Consciencia
debes trascender de la racionalidad de tus sentidos.

XII
Cuando no contemples separación alguna,
ninguna dicotomía entre sujeto y objeto,
alcanzarás otras formas de percepción mucho más genuinas y certeras.
En ellas no hay observador ni observado y se expande la Consciencia.
Esto se llama No Dualidad:
permite que aflore nuestra Sabiduría innata,
posibilita que fluya la intuición y la inspiración
y hace que rija la Providencia divina.
En la práctica, la percepción basada en la No Dualidad
se traduce en estar presente, alerta y atento,
en experimentar acorde con la intensidad de cada instante,
en convertir cada momento en único,
en vivir conscientemente la Vida
y disfrutar plenamente de ella.

XIII
La mente genera la separación entre sujeto y objeto,
funciona a través de imágenes y actúa siguiendo hábitos.
La separación entre tú y lo que no eres tú
produce el rechazo a una parte de la Vida
y, con ello, a la Vida misma, la Vida Real,
que nada sabe de dicotomías y dualidades.
Las imágenes hacen que concibas el mundo
de manera superficial, por las apariencias,
que etiquetes a cosas y personas y efectúes juicios y prejuicios.
Los hábitos mentales producen condicionamientos
y limitan tu capacidad de comprensión de la Realidad,
encasillándote en esa forma habitual de percibir
e interpretar los hechos y situaciones.

XIV
La separación entre sujeto y objeto, las imágenes y los hábitos
no son la Realidad,
sino la forma de operar que sigue la mente.
Tú no eres ni estás separado de nada que sea, haya existido o existirá.
Y la Realidad no es ni las imágenes ni los hábitos
que usa la mente en su funcionamiento
Tampoco eres tus pensamientos,
pues se generan y fluyen por la mente a su antojo,
incluso aquellos que no te gustaría tener,
sin que tengas control sobre ellos.
¿Quieres sentir la libertad que está en tu Esencia
y disfrutar de la Providencia divina?.
Pues no fragmentes la Vida con dualidades;
mira más allá de las imágenes;
actúa más allá de los hábitos;
no te identifiques con tus pensamientos;
y vive sin preocupaciones en el ahora,
el único sitio donde la Vida existe.




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