"Crónicas de Ávalon" Emilio Carrillo B (33) El Gran Teatro del Mundo.

El Gran Teatro del Mundo.


Tras la cena con Nimue e Igraine, regresé de inmediato al Castillo de la Reina de las Tempestades y me fui a la cama con ganas de dormir y disfrutar del sueño. Y descansé profundamente. Pero me desperté muy temprano, cuando la noche aún cubría la Isla de Ávalon, empujado por la perentoria necesidad de plasmar en un texto las reflexiones, conclusiones, intuiciones e inspiraciones que bullían en mi mente y, sobre todo, en mi corazón una vez interiorizadas las Dimensionis y comprendido el significado y la significación del Principio Holográfico. Había podido “ver” el Gran Teatro del Mundo, su escenario y su tramoya. Y también la puerta que permitía salir y volver a entrar en él. Me urgía describirlo como manera de afianzar y asentar esa visión.

El denso silencio de las horas más hondas de la madrugada y la fuerte energía que sentía alrededor y fluía por todo el dormitorio provocaron que mis dedos empezaran a bailar sobre el teclado del ordenador casi con autonomía propia, dando pequeños y breves golpes llenos de Amor y entusiasmo. He aquí el resultado, que, ante mi sorpresa, adoptó una forma a medio camino entre lo que son las pautas de un breve ensayo y las propias de un poema.
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                                    I
La vida física se desarrolla en la Tercera Dimensión,
definida por el espacio- tiempo finito,
la materialidad y la dualidad en tensión.
Inmersos en ella, hombres y mujeres tienden a creer
que las Dimensiones de mayor rango,
a las que llaman celestiales y angelicales,
son más sutiles, abstractas, difusas y difíciles de “ver”.
Nada más lejos de la verdad,
pues esas Dimensiones son radicalmente reales,
mientras que la Tercera es puramente holográfica.
La Tercera Dimensión conforma un escenario virtual
revestido falazmente de solidez
por medio de una materialidad que no es tal,
sino energía y vibración de bajo nivel frecuencial.

II
En el escenario virtual de la Tercera Dimensión,
cada cual interpreta un papel y un guión
definido en cada momento
por el grado de consciencia con el que se identifica
y la visión del mundo y de su propia vida a tal grado consciencial asociada.
De instante en instante, de momento en momento,
cada persona proyecta el grado de consciencia que hace suyo 
sobre el marco virtual en el que se desenvuelve,
configurando lo que denomina realidad,
que, no obstante, considera algo objetivo y ajeno a ella misma.
Pero esa realidad nada tiene de objetiva,
al contrario, es totalmente subjetiva y carece de entidad real, es pura ilusión.
Desde su consciencia interior, aunque no se percate de ello,
el ser humano moldea y configura el exterior,
que, sin embargo, estima algo impuesto, extraño a él mismo.
Y al ser multitud las personas que actúan en el escenario virtual,
las proyecciones conjuntas de todas ellas
conforman una gran Matriz Holográfica-Virtual.
La coherencia o proximidad entre las distintas proyecciones
es la base la Ley de Atracción.

III
La Madre Tierra, auténtico ser viviente,
cumple la función para la Humanidad de gigantesco Teatro-Matriz Holográfico
donde cada persona interpreta el papel
ligado al grado de consciencia que en cada momento asume,
interactuando con los papeles y guiones
desplegados por sus demás congéneres.
La adquisición de consciencia individual, primero,
la cualificación altruista de ésta, después,
y, finalmente, la experiencia del Amor Incondicional
y el despliegue de tal Amor en la cotidianeidad
constituyen la razón de ser en la Creación
de tan espectacular Matriz Holográfica.

IV
Confeccionadas con Esencia divina en forma de vibración,
como quien teje una red con ondas de energía,
y basadas en unos mismos principios
emanados del Diseño Inteligente de cuanto Es y Existe,
hay múltiples Dimensiones en la Creación
y muchos Multiversos, cada uno con multitud de Universos.
Todos tienen en tal Esencia su anatomía sutil,
por lo que el Amor fluye por la totalidad de las Dimensiones
y explica el por qué de cada una de ellas, sea cual sea su rango específico,
impregnando la globalidad de modalidades de vida
y experiencias conscienciales que en ellas se desarrollan.
El Amor es Uno,
no admite distinciones interdimensionales,
identifica y fusiona la Creación hasta hacer imposible su separación en partes
y constituye lo único Real
que un ser humano puede proyectar sobre el escenario virtual
de la Tercera Dimensión en el que despliega su vida física.

V
Muchas personas, desde el grado de consciencia que asumen,
quieren cambiar el mundo para adaptarlo a su visión particular del mismo.
Y se plantean actuaciones y maneras
para transforma la realidad material en la que viven.
Pretenden, con ello, transformar lo exterior desde el exterior,
lo material desde lo material, el océano desde las olas.
Nada consiguen con ello, salvo continuar enredados en el juego virtual
que es la naturaleza intrínseca de ese mundo,
la esencia innata de esa aparente realidad.

VI
El ser humano sí puede cambiar el mundo,
pues cuenta con fuerza y energía suficientes
para transformar la Matriz Holográfica en la que se desenvuelve.
Pero el poder para ello radica en su interior:
es desde su interior y desde la metamorfosis profunda
como las personas pueden cambiar el exterior.
La clave para ello es el Amor.
Si proyectas Amor en el escenario virtual, éste mutará fehacientemente.
Y si proyectas constantemente Amor Incondicional,
sin excepciones, absoluto y puro,
alcanzarás el Gran Cambio:
la Matriz Holográfica empezará a diluirse ante tus ojos
y dejarás de interpretar un grado de consciencia
para ser Consciencia plena, comprobando que Todo es Perfecto.






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