"Crónicas de Ávalon" Emilio Carrillo B (32) Principio Holográfico -3

-¿Qué tiene que ver todo ello con el GEO-600 y los trabajos de un tal Hogan?-, preguntó de pronto Nimue.

-Bastante…-, contestó Igraine de modo reflexivo. -El GEO-600, localizado en Hanóver (Alemania), se puso en marcha en 2006 en el convencimiento de que revolucionaría la astronomía. Su misión consiste en detectar de manera directa lo que nunca antes había sido percibido: las elusivas ondas gravitacionales, que son ondulaciones del espacio-tiempo producidas por un cuerpo masivo acelerado (como un agujero negro o una estrella de neutrones) y que se transmiten a la velocidad de la luz. Estas ondas gravitacionales fueron predichas por la Teoría de la Relatividad de Einstein, pero sólo se han podido recoger evidencias indirectas de ellas. Tampoco el GEO600, en sus años de funcionamiento, las ha conseguido detectar de forma directa, pero quizá casualmente se haya topado con el más importante descubrimiento de la física en los últimos 50 años al registrar un extraño ruido de fondo, con frecuencias entre los 300 y 1.500 hertzios, que ha traído de cabeza a los investigadores que en él trabajan y que para el físico Craig Hogan podría probar que, efectivamente, vivimos en un holograma-.

-¿Un ruido de fondo?. ¡Esto parece una película de ciencia–ficción!-, exclamé francamente sorprendido por el derrotero que había tomado nuestra charla.

-Ja, ja, ja-. Igraine rió con fuerza. -Pero esto es real. Bueno,… todo lo real que puede ser algo que acontece en un holograma, ja, ja, ja-.

Los tres prorrumpimos en carcajadas. Por un instante todo mi ser fue consciente de lo feliz que era en Ávalon. No se trataba sólo del acceso a conocimientos, la compañía de Nimue, la condición tan singular de los demás pobladores o la hermosura de su geografía. No, nada de eso. Era cuestión de energía. Lo sentía nítidamente en mi interior. La energía de la Isla, su frecuencia vibracional, era muy distinta a la de cualquier otro lugar en el que hubiese estado. Comprendí entonces que en un plano dimensional puede haber áreas concretas de una Dimensión mayor (esto es, más interior, como se vio en la última Crónica). Y este es el caso de Ávalon en el contexto de la Tercera Dimensión.

-El dichoso ruido-, mi atención retornó a las palabras de Igraine, -trajo de cabeza a los investigadores hasta que Hogan afirmó que el GEO600 se había tropezado con el límite fundamental del espacio-tiempo: el punto en el que el espacio-tiempo deja de comportarse como el suave continuo descrito por Einstein para disolverse en “granos” (más o menos de la misma forma que una imagen fotográfica puede verse granulada cuanto más de cerca la observamos). Por tanto, el ruido proviene de los confines del Universo, del rincón en que éste pasa de ser un suave continuo espacio-temporal a ser un borde granulado. De ser cierto, dicho ruido sería, como el propio Hogan ha aseverado, la primera prueba empírica de que vivimos en un Universo holográfico, en un gigantesco holograma cósmico-.

Probablemente por que notó signos de extrañeza tanto en la cara de Nimue como en la mía, Igraine insistió al respecto, aunque dando un giro más de tuerca a sus argumentos:

-Según Hogan, parece como si el GEO600 hubiese sido golpeado por las microscópicas convulsiones cuánticas del espacio-tiempo, siendo el ruido captado el registro de tales convulsiones. Esto supondría considerar el espacio-tiempo como un holograma granulado y describirlo como una esfera cuya superficie exterior estaría cubierta por unidades del tamaño de la longitud de Planck. Cada una de estas “piezas” del mosaico universal sería, asimismo, una unidad de información. Y la cantidad total de información que cubre el exterior de dicha esfera habría de coincidir con el número de unidades de información contenidas en el volumen del Universo-.

-Pero teniendo en cuenta que el volumen del Universo esférico sería mucho mayor que el volumen de la superficie exterior-, la cabeza me daba tumbos, aunque todo en mi interior resonaba armónicamente como queriéndome confirmar la veracidad de todas estas disquisiciones, -este galimatías se complica aún más-.

-Ya, pero Hogan también señala una solución para este punto. Si ha de haber el mismo número de unidades de información o bytes dentro del Universo que en sus bordes, los bytes interiores han de ser mayores que la longitud de Planck. Enunciado de otra forma, el Universo holográfico sería borroso. La longitud de Planck ha resultado demasiado pequeña para ser detectada hasta la fecha, pero Hogan afirma que el GEO600 ha podido registrarla porque la proyección holográfica de la granulosidad podría ser mucho mayor, de alrededor de entre 10 y 16 metros. En definitiva, lo que ha detectado el GEO600 podría ser la borrosidad holográfica del espacio-tiempo desde el interior de este Universo holográfico. Según publicó la web del GEO600, para probar la teoría del ruido holográfico, la sensibilidad máxima del detector ha sido modificada hacia frecuencias incluso más altas-

-O sea, que desde la experiencia observacional de los seres humanos y sus indagaciones científicas-, habíamos finiquitado la cena y quería apurar los razonamientos, -la Tercera Dimensión, no sabemos si también otras, es, en verdad, una Matriz Holográfica. Su solidez es sólo un engaño de los sentidos y en verdad, como gusta en recordar Morgana, es un gran teatro, el Gran Teatro del Mundo.-

-Chapó por Morgana-, exclamó efusivamente Igraine, a la par que se ponía de pie en dirección a Nimue, obsequiándole con un beso en el Tercer Ojo en señal de agradecimiento por la cena y despedida.



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