Buscadores (18). Parte II: Consciencia. Capítulo 3 (5): Alquimia y Ascensión.
El objetivo de espíritu puede parecernos demasiado elevado o lejano. Y excesivamente prolongado el tránsito por los distintos estados de consciencia enunciados —ego, triunfador, dador, buscador y vidente, hasta desembocar
en el espíritu—. Pero lo cierto es que en cada uno de ellos ya estuvo presente el espíritu; y en la búsqueda, ya estuvo el encuentro desde el principio. Jesucristo lo expresó de una manera hermosa: «allí donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón» (San Mateo, 6,21). Todo es cuestión de consciencia. En la inocencia estaba la totalidad de Dios, como en triunfar, dar o buscar. Lo único que cambia es dónde ponemos nuestro tesoro o centro de atención: el grado de consciencia acerca de nuestro verdadero Ser.
¿Dónde está nuestro tesoro en la vida?. Debemos examinar nuestros anhelos para saberlo. San Agustín afirmó: «Tu anhelo continuo es tu voz continua. Si dejas de amar callará tu voz, callará tu deseo». Practicar la alquimia es pasar de un grado de consciencia a otro más elevado; ser capaz de transmutar los viles metales (apegos materiales, deseos vanos, preocupaciones, sufrimientos,…) en oro puro, en consciencia. Practicar la alquimia nos conduce a la Ascensión.
Como refleja una obra fácilmente accesible en internet titulada Un manual para la Ascensión (Oughten House; Livermore, CA, USA, 1991) —canalizada por Tony Stubbs de una entidad de nombre Serapis—, la Ascensión es un proceso consciencial y experiencial a través del cual accedemos a una nueva dimensión espiritual, una dimensión de mayor nivel vibratorio. Es como bañarnos en una energía nueva que nos hace sentir completamente diferentes a cómo éramos antes; como pasar a otra vida sin morir. No es que vayamos a ningún lugar especial, permanecemos en donde estamos y, sin embargo, todo cuanto nos rodea se modifica, porque nuestra percepción de la realidad ha cambiado y nosotros somos los creadores de la misma.
Cuando ascendemos, empezamos a hablar un nuevo lenguaje: el lenguaje interdimensional, que es como una emisora invisible que está enviando constantemente mensajes del Yo Superior, de nuestro ser verdadero, a través de los sueños, la intuición, la inspiración, las sincronicidades, los pequeños milagros que ocurren a diario cuando hemos penetrado en la sincrorrealidad. Ascender es como dejarse llevar de la mano por el espíritu, por una energía maestra. Sin embargo, esta energía causa ansiedad y desasosiego cuando no es comprendida, cuando uno la rechaza, consciente o inconscientemente.
Para lograr la ascensión, lo primero es expresar nuestra intencionalidad de pasar al siguiente nivel, de ir un punto más allá de donde nos encontramos ahora. Es como decir: «Estoy preparado, quiero moverme en una vibración más ligera y elevada». Si expresamos esta intención, los siguientes pasos se nos presentarán solos. Es cuestión de voluntad, consciencia y madurez en la Unidad hasta experimentar milagros, obrar milagros y, finalmente, convertirnos en el milagro. Con razón, un espléndido y completo texto de espiritualidad editado por la Fundación para la Paz Interior tiene precisamente como título Un curso de milagros (Foundation for Inner Peace; Mill Valley, CA, USA-, 1999).
PD: Te adjunto los libros a que hace referencia en pdf:
"Un manual para la Ascensión":
https://garael.files.wordpress.com/2011/11/manual-para-la-ascensic3b3n.pdf
Un Curso de Milagros:
https://un-curso-en-milagros.org/publicaciones/pdf/ucdm_texto.pdf
en el espíritu—. Pero lo cierto es que en cada uno de ellos ya estuvo presente el espíritu; y en la búsqueda, ya estuvo el encuentro desde el principio. Jesucristo lo expresó de una manera hermosa: «allí donde esté nuestro tesoro estará nuestro corazón» (San Mateo, 6,21). Todo es cuestión de consciencia. En la inocencia estaba la totalidad de Dios, como en triunfar, dar o buscar. Lo único que cambia es dónde ponemos nuestro tesoro o centro de atención: el grado de consciencia acerca de nuestro verdadero Ser.
¿Dónde está nuestro tesoro en la vida?. Debemos examinar nuestros anhelos para saberlo. San Agustín afirmó: «Tu anhelo continuo es tu voz continua. Si dejas de amar callará tu voz, callará tu deseo». Practicar la alquimia es pasar de un grado de consciencia a otro más elevado; ser capaz de transmutar los viles metales (apegos materiales, deseos vanos, preocupaciones, sufrimientos,…) en oro puro, en consciencia. Practicar la alquimia nos conduce a la Ascensión.
Como refleja una obra fácilmente accesible en internet titulada Un manual para la Ascensión (Oughten House; Livermore, CA, USA, 1991) —canalizada por Tony Stubbs de una entidad de nombre Serapis—, la Ascensión es un proceso consciencial y experiencial a través del cual accedemos a una nueva dimensión espiritual, una dimensión de mayor nivel vibratorio. Es como bañarnos en una energía nueva que nos hace sentir completamente diferentes a cómo éramos antes; como pasar a otra vida sin morir. No es que vayamos a ningún lugar especial, permanecemos en donde estamos y, sin embargo, todo cuanto nos rodea se modifica, porque nuestra percepción de la realidad ha cambiado y nosotros somos los creadores de la misma.
Cuando ascendemos, empezamos a hablar un nuevo lenguaje: el lenguaje interdimensional, que es como una emisora invisible que está enviando constantemente mensajes del Yo Superior, de nuestro ser verdadero, a través de los sueños, la intuición, la inspiración, las sincronicidades, los pequeños milagros que ocurren a diario cuando hemos penetrado en la sincrorrealidad. Ascender es como dejarse llevar de la mano por el espíritu, por una energía maestra. Sin embargo, esta energía causa ansiedad y desasosiego cuando no es comprendida, cuando uno la rechaza, consciente o inconscientemente.
Para lograr la ascensión, lo primero es expresar nuestra intencionalidad de pasar al siguiente nivel, de ir un punto más allá de donde nos encontramos ahora. Es como decir: «Estoy preparado, quiero moverme en una vibración más ligera y elevada». Si expresamos esta intención, los siguientes pasos se nos presentarán solos. Es cuestión de voluntad, consciencia y madurez en la Unidad hasta experimentar milagros, obrar milagros y, finalmente, convertirnos en el milagro. Con razón, un espléndido y completo texto de espiritualidad editado por la Fundación para la Paz Interior tiene precisamente como título Un curso de milagros (Foundation for Inner Peace; Mill Valley, CA, USA-, 1999).
PD: Te adjunto los libros a que hace referencia en pdf:
"Un manual para la Ascensión":
https://garael.files.wordpress.com/2011/11/manual-para-la-ascensic3b3n.pdf
Un Curso de Milagros:
https://un-curso-en-milagros.org/publicaciones/pdf/ucdm_texto.pdf
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