"Crónicas de Ávalon" Emilio Carrillo B (10) El Gran Olvido.

A Merlín no le pasó inadvertida mi cara de pasmo. Quizá por ello siguió hablando con voz aún más sosegada que la que venía usando:

-Un Gran Olvido provocado por la densidad del mundo tridimensional y la fuerza de arrastre de las oposiciones y dicotomías (bueno y malo, alto y bajo, superior e inferior, positivo y negativo,…) que en él campan a sus anchas. Bajo su influjo, almas tan avanzadas se han enredado en las experiencias de dualidad y extraviado la noción de Unidad de cuanto existe; se han identificado con una realidad puramente virtual, ilusoria, fragmentada, perecedera y efímera; y han quedado engatusadas con los anhelos y apegos materiales, tanto los que proporcionan placeres como los que originan sufrimientos, que más atan los segundos que los primeros. El libre albedrío preside la Creación. Y haciendo uso de él, han olvidado su auténtica Esencia y el verdadero propósito de su encarnación en la Tierra: desplegar el Amor Incondicional en un escenario hostil, Amor contra Resistencia, como modo de aportar consciencia al planeta y, a la par, autoprobarse que están en condiciones de saltar al Nivel de Inteligencia Interdimensional. Han perdido la consciencia de su naturaleza divina, eterna y omnipotente; y se hunden en los miedos y en el desconcierto cuando ésta aflora mediante intuiciones, sensaciones e inspiraciones-.

No sabía que decir, ni me apetecía decir nada. Necesitaba silencio para asimilar tanta información. Además, las garrafas estaban vacías y el mediodía ya había sido sobrepasado. Era momento de retornar al Castillo de las Reina de las Tempestades. Nos pusimos de pie dispuestos a volver sobre nuestros pasos. No obstante, Merlín me pidió que meditáramos, aunque fuera poco tiempo, en del Templo de la Roca. Dentro de sus paredes estuvimos un buen rato. Al concluir y antes de salir del recinto, el Gran Mago me dijo:

-¿Sientes la energía que emana de este lugar?.

-Sí, con fuerza-, le contesté de inmediato, pues ciertamente la había notado durante la meditación.

-Junto al Gran Olvido, que es un fenómeno mayoritario, siempre ha habido también almas despiertas. Y hace mucho tiempo que actúan para que el despertar sea masivo. La construcción de sitios como este obedece a tal objetivo de mantener vivos determinados saberes y energías. Y otras muchas cosas se han hecho con idéntica meta. Gracias a esto, en el presente hay un número significativo de seres humanos, esparcidos por Gaia, que han superado el Gran Olvido. Y, aunque algunos ni siquiera se den cuenta, están uniendo sus fuerzas en forma de red consciencial para que la Humanidad y el planeta entero puedan aprovechar la oportunidad que el momento actual representa-.

-¿A qué te refieres?-, le interrogué intrigado.

-Tiene que ver con el tránsito del cluster de sistemas solares por la Vía Láctea y con la aplicación analógica del célebre principio hermético de cómo es arriba es abajo, y viceversa. Piensa en el cuerpo humano y proyecta su funcionamiento a escala galáctica. Y, así como la sangre en su circulación atraviesa los pulmones, que la oxigenan y la limpian, ese paquete de sistemas solares pasa, periódicamente, muy cerca del Centro Galáctico, rozándolo, y recibe de éste una colosal fuerza energética regeneradora de espectro electromagnético y vibracional. A su vez, los soles que se integran en el cluster distribuyen esta fuerza entre los planetas que giran en sus respectivos sistemas. Y, por fin, cada planeta impregna con la misma energía vibracional y frecuencial a los seres que lo habitan.

-¿Cómo funciona esto exactamente en el caso de la Tierra y los seres humanos?.

-Muy sencillo. La Tierra acumula principalmente esa fuerza en la ionosfera. Y los humanos la recibís por medio de la glándula pineal, que es una auténtica antena de radiofrecuencia, lo que, en función de vuestro grado consciencial y mayor o menor estado consciente, activa componentes durmientes de vuestro ADN, concretamente de ese 97% del mismo que algunos genetistas tildan de “chatarra” y que, en verdad, es un ADN sutil e inefable, depositario de capacidades y facultades impensables para la Humanidad actual-.

El Gran Mago hizo una pausa y me escrutó con la mirada para percibir el impacto que lo que acaba de enunciar había tenido en mí. Me limité a gesticular para que no interrumpiera su exposición:

-Por tanto, Emilio, cada paso del cluster de sistemas solares por el Centro Galáctico representa una bella y espléndida ocasión de salto consciencial para el conjunto de mundos y modalidades de existencia que lo pueblan. Pero como existe una interacción entre todas, su mejor rentabilización energética acontece cuando la totalidad del cluster ha alcanzado una determinada masa crítica consciencial. De ahí la significación que para los sirianos ostenta lo que ocurre en la Tierra, y viceversa.

-Pero mientras que nosotros no somos conscientes de algo tan espectacular y maravilloso, ellos sí lo son-, apostillé.

-Y, en estos momentos, el cluster de sistemas se está acercando a enorme velocidad al Centro Galáctico. Es algo que ocurre cada 13.000 años. Ahora vuelve a repetirse. Y numerosos seres de muchas modalidades de existencia se han movilizado para que la Tierra y Oort aprovechen esta oportunidad. Ha sido un trabajo concienzudo y meticuloso, de carácter energético, que ya está concluido. Sólo queda esperar los resultados, que dependerán, en última instancia de lo que hagan los propios habitantes de Gaia, en general, y la Humanidad, en particular-.

-¿Me estás diciendo, Merlín, que tanto la Humanidad como el planeta que nos acoge nos acercamos a una especie de hito histórico, a una gran oportunidad de cambio-.

-No es ya futuro, sino presente, Emilio. Son tiempos extraordinarios, cargados de posibilidades para comprender y descubrir las verdades eternas que cada uno guarda en su interior y actuar en consonancia con ellas. Y el Universo es el cómplice de los seres humanos para que superen el Gran Olvido, para que despierten las consciencias y para que los corazones se abran hacia una transformación evolutiva superior. Para conseguirlo, la traba mas notable no es la ignorancia, sino el miedo y el falaz sentimiento de culpa. El Poder de Decisión y el Maestro están en cada ser humano. No hay que tener miedo a equivocarte. El miedo frena, inhibe y te ata a lo ya conocido, aunque no te guste. El miedo y el sentimiento de culpa cierran los ojos a un presente espléndido, donde tú y todos… juntos, seremos los hacedores del Milagro-.

Las palabras del Gran Mago agitaban mi interior y humedecían mis ojos. Allí, en el Templo de la Roca, lo había entendido todo, todo había encajado. Se puso exactamente frente a mí, con sus ojos a la altura de los míos, y su voz retumbo con potencia en mis oídos y en mi interior:

-Tienes que reinventarte. Es necesario y puedes hacerlo. Es un momento único para conseguirlo. Debemos ascender sobre la opaca densidad que ha cubierto al planeta. Acepta la Luz que está llegando, vívela, deja que te inunde y que conecte con tu chispa divina. Gaia ascenderá, y nosotros con ella, elevando su nivel de vibración de la tercera a la cuarta y, muy rápidamente, a la quinta dimensión. Y tú eres un receptor adecuado para sintonizar con su nueva frecuencia. Abre tu corazón hacia esta nueva realidad y, simplemente, sé lo que eres. Es el momento de Ser-.

Me abracé con fuerza a Merlín y noté como él se volcaba, igualmente, en mí. Enlace mi brazo izquierdo con el derecho suyo. Y así hicimos el trayecto de retorno al castillo. Sin conversación, sin palabras. Ya no eran precisas. Sentí como los brazos no sólo unían nuestros cuerpos, sino nuestras almas sirianas.


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