"Crónicas de Ávalon" Emilio Carrillo B (9) "Todo es suma de partes ..."

Y otra vez silencio. Ante lo que, nuevamente, opté por no pronunciar palabra. La verdad es que me sentía confuso y hasta algo incómodo. Por fin, Merlín retomó su exposición:

-Nuestro sistema solar, Oort u Ors, no se halla estático en la Vía Láctea, sino que viaja por ella, moviéndose elípticamente con relación al Centro Galáctico. Y este viaje cósmico no lo hace en solitario, sino en compañía de un pequeño grupo de sistemas solares, Sirio entre ellos, con los que conforma un “paquete” o “cluster” sistémico, cual viajeros dentro de un automóvil o un tren. Todos juntos y en sintonía, como buenos hermanos, orbitan con respecto al Centro Galáctico siguiendo idéntica ruta-.

-Sí, esto sí lo sabía-.

-Ya, pero lo más importante no son las repercusiones físicas o astrofísicas de tal hecho, sino sus impactos energéticos y espirituales, pues todas las formas de vida que bullen en ese “cluster”, la infinidad de modalidades de existencia que conviven en los sistemas, astros, soles, planetas y satélites que lo configuran, guardan una íntima relación, una estrechísima interacción de carácter consciencial-.

-¿Consciencial?-, le inquirí para animarle a que ahondara en sus argumentos.

-Mira, los seres humanos han comenzado a entender que hay una interrelación entre cada miembro de una especie animal cualquiera y la totalidad de sus componentes. La teoría de los llamados campos mórficos y morfogenéticos lo ilustra muy bien. En otra ocasión podemos departir sobre ella. Ahora lo que te quiero subrayar es que, igualmente, existe una interacción constante y permanente entre cada persona y los demás seres humanos que configuran la Humanidad. Es más, del mismo modo, también hay una estrecha interconexión entre la Humanidad y la Madre Tierra. Y tal interrelación se extiende desde la Tierra a la globalidad de Oort y al referido cluster de sistemas solares. Todo está espectacularmente interconectado, como una gigantesca red de influencias e interdependencias mutuas-.

-Y, por lo que antes apuntaste, no es una interacción meramente biológica y material, sino mucho más profunda, de tipo consciencial, como tú la has denominado-.

-¡Exacto!. En particular, el citado cluster de sistemas solares y todos los astros y modalidades de vida que lo pueblan formamos una inmensa y holística red consciencial. Como tal, viajamos de la mano por la Vía Láctea. Y lo que sea de los unos, repercute en los otros, pues en el Universo rigen dos reglas cosmogónicas bien conocidas por los seres de mayor avance espiritual: todo es suma de partes y forma parte de una suma superior, aunque cada parte es a su vez el Todo; y los saltos evolutivos conscienciales, de una dimensión de existencia a otra, no son individuales, sino grupales, requiriéndose que en el grupo o suma en cuestión se configure una masa crítica mínima de consciencia para que el salto sea factible. En nuestro caso, el grupo no es la Humanidad, ni Gaia, ni siquiera Oort, sino el colosal hervidero de vida que constituye el cluster de sistemas solares del que venimos hablando-.

-¿Por esto los seres de Sirio estuvieron muy atentos al experimento genético de los anunnaki?-.

-¡Imagínate!. Por intereses puramente materiales, los nefilim estaban propiciando el surgimiento en la Tierra de una nueva especie que, por sus capacidades físicas e inteligencia, podía ser muy beneficiosa para la evolución consciencial del planeta, de Oort y, por ende, del paquete de sistemas en el que el propio Sirio se integra. La protohistoria de Gaia y Oort, que se hunde hace miles de millones de años, está cargada de incidentes y anomalías que habían impedido un discurrir consciencial equiparable al acontecido en Sirio y otros sistemas del cluster. Ante ello, los sirianos contemplaron el experimento anunnaki como la oportunidad de hacer algo al respecto. Ellos nunca hubieran interferido en la evolución del planeta mediante manipulaciones genéticas de sus habitantes. Es algo que choca frontalmente con su percepción espiritual de las cosas. Pero, por lo mismo, tampoco podían evitar las actuaciones de los nefilim. Así que, dada la situación, decidieron fomentar el grado de consciencia de los homínidos creados por los anunnaki-.

El Gran Mago derrochaba entusiasmo en cada una de sus palabras y, si bien gesticulaba parsimoniosamente, denotaba alegría y jovialidad. Por mi parte, sentía cada vez más claramente una extraña sensación que me bullía profundamente, difícil de conceptualizar con palabras. Me dije a mí mismo que era como si empezara a despertar de una larga, muy larga amnesia. Me distraje unos instantes en mi interior, pues quería descifrar esa peculiar sensación. Cuando volví del ensimismamiento, me encontré a Merlín muy cerca y mirándome directamente a los ojos, casi introduciéndose por ellos para saber lo que me ocurría por dentro. Sonrío levemente. Lo mismo hice yo y retomé la conversación con una pregunta cuya respuesta intuía no me era en absoluto ajena:

-¿Cómo se las arreglaron los seres de Sirio para impulsar consciencialmente a los recién creados homínidos?-.

-De una manera no demasiado complicada para ellos, pero casi incomprensible desde la mentalidad humana actual. Llegó a la Tierra una primera comitiva procedente, como te señalé antes, del tercer planeta de Sirio B. Nuestros Anales precisan que la componían 32 seres, repartidos por igual entre machos y hembras y que componían una familia según los usos del planeta en cuestión. Su altura física era semejante a la de los anunnaki, pero con una biología mucho más sutil, menos densa, en concordancia con su mayor evolución consciencial. Y, sencillamente, transfirieron sus almas a cuerpos de homínidos: utilizando al máximo su gran dimensión espiritual y los saberes a ello debido, almas antes encarnadas en sirianos pasaron a estarlo en homínidos, y viceversa. Así, en miembros de la nueva especie humana se establecieron almas “viejas”, de alto nivel vibratorio y consciencial, que ayudarían a sus congéneres, los seres humanos, a avanzar en el plano espiritual-.

-Y esto ocurrió en el año 198.295 a.c.-, le apostillé rememorando la velada con Nimue.

-Sí. En el presente continuo en el que lo eterno se desenvuelve, ese fue el momento en el que almas que habían estado encarnadas en habitantes de Sirio, auténticos seres de luz, se encarnaron por vez primera en humanos. Los anunnaki ni sabían de qué iba la cosa. Pero almas de una elevada gradación vibracional y espiritual se encarnaron en cuerpos muy toscos, los homínidos, con la finalidad de que la nueva especie estuviera en condiciones, con el paso de los milenios, de aportar fuerza consciencial al planeta, contribuyendo a la configuración de la citada masa crítica en el cluster de sistemas solares al que el propio Sirio pertenece-.

-Es muy bello, Merlín, pero resulta increíble. Ninguno de mis “paisanos” me creerá cuando se lo cuente-, le expresé en tono de humor, pero con sinceridad.

-Pues a lo mejor te llevas una sorpresa, pues son muchos los seres humanos actuales cuyas almas estuvieron antes encarnadas en Sirio. De hecho, a aquellos 32 le siguieron otros 64, que hicieron lo mismo. Y a partir de ahí, las almas antes encarnadas en seres de Sirio, y ahora en homínidos, se fueron incrementando exponencialmente cada dos mil años aproximadamente: 128, 256, 512, 1024, 2048,… Si coges la calculadora y efectúas las operaciones, constatarás que de esa manera se pueden transferir 250 millones de almas en menos de 50.000 años. Y no fueron necesarias en tal número, pues el crecimiento demográfico de los homínidos fue mucho más lento. Sólo contemporáneamente, 200.000 años después de aquellos sucesos, la población mundial ha aumentado exponencialmente en menos de dos siglos: 1.000 millones de personas en 1850; 2.000 millones en 1925; 4.000 millones, en 1965; y 8.000 millones que se prevén para el año 2035. Son tantas las almas, querido Emilio, que anhelan encarnarse en el ahora de este planeta…-.

-Esto me recuerda algo que leí en un libro de Carl Sagan-, lo interrumpí. –Este divulgador científico elaboró la llamada Escala Sagan. En ella se describe la existencia en el Cosmos de varios niveles de inteligencia: Nivel 0, correspondiente a la humanidad de hoy; Nivel 1, con más desarrollo técnico; Nivel 2, seres con mucho mayor progreso tecnológico, pero que han perdido facultades emotivas, sentimientos y capacidad de amor; Nivel 3, modalidades de existencia que han logrado un desarrollo espiritual y esto le ha abierto las puertas a adelantos inalcanzables desde el punto de vista de la dinámica tecnológica y material; y Nivel de Inteligencia Interdimensional, cuyas características vibracionales y espirituales escapan de la comprensión humana. En este escala, Merlín, ¿dónde están los sirianos y dónde los humanos?-.

-Ellos, en el N3. Vosotros, en el N0-, respondió tajantemente.

-O sea, que almas de alto rango vibratorio y trascendente encarnadas en seres de nivel 3 pasaron a estarlo en seres situados biológicamente en el nivel 0. Y ello con la finalidad de que la nueva Humanidad, surgida de la manipulación genética de los nefilim, gozara de un desarrollo espiritual capaz de aportar energía consciencial a la Tierra, a Ors y al cluster de sistemas solares, contribuyendo a que éste alcance la reiterada masa crítica que permita el salto interdimensional del cluster en su conjunto-.

-¡No lo podrías haber sintetizado mejor!. Aunque debo completarlo con otro dato: las almas antes encarnadas en seres Nivel 3 y ahora en Nivel 0 no sólo apoyan la evolución de la Humanidad y Gaia en los términos que tú has sintetizado, sino que, igualmente, viven de ese modo una experiencia que, volviendo a la Escala Sagan, les prepara para saltar al Nivel de Inteligencia Interdimensional. Expresado coloquialmente: el alma de elevada evolución espiritual que, al encarnarse en ser humano y, a pesar de la densidad de la existencia en la Tierra y la enorme carga de dualismos que la caracterizan, es capaz de actuar en este mundo desplegando Amor Incondicional, está mostrando su capacidad para pasar a encarnarse en modalidades existenciales de Inteligencia Interdimensional. Es una especie de “examen final” que el alma se pone a sí misma: habiendo evolucionado vibracional y espiritualmente hasta llegar a encarnarse en modalidad de existencia N3, pasa a una forma de vida N0 para comprobar que, incluso en esas condiciones “adversas”, es capaz de hacer valer sus más elevados atributos y potestades, encuadrables en el concepto de Amor Incondicional, y de trabajar no “para ella”, sino de manera creadora al servicio de la consciencia del planeta y la suma en la que se integra-.

-Pero, Merlín, si esto es así y tantas almas muy evolucionadas subyacen en seres humanos, ¿cómo se explica que la Humanidad sea tan materialista y nuestro mundo esté tan lleno de dolor e injusticias y tan falto de Amor-.

-Me encanta tu perspicacia. Y te podría dar cuantiosos detalles al respecto que tienen mucho que ver con lo que ha acontecido en la Tierra y a la Humanidad en los últimos 150.000 años. Pero, para no apartarnos del hilo de nuestra conversación, te lo resumo con una única expresión: el Gran Olvido-.




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