"Buscadores" (4) Emilio Carrillo.- Cap. I :Conócete a ti mismo.- Los Cuatro Acuerdos.

Pasando al segundo de los libros citados, Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz, bebe íntimamente de las tradiciones toltecas, próximas a las mayas, olmecas, aztecas e incas. Están repletas de trascendencia. Y muy atentas a la plasmación de los saberes espirituales en el estilo de vida y la existencia cotidiana, al objeto de lograr la felicidad y el amor.

Para los toltecas, usando símiles actuales, la vida es nuestra
propia película. Sigue, estaban convencidos, un guión escrito por nuestro ser íntimo en la sabiduría y la libertad de la Eternidad y antes de la encarnación en el ser humano
que somos. Es un Contrato Sagrado que definimos antes de nacer como persona. Nuestra vida es una película en la que somos el guionista, el director, el cámara y el protagonista. Cada cual vive su película sobre la base de su realidad y concepto del mundo. Por esto, no es necesario esforzarnos demasiado para ser nosotros mismos.

Buscamos la perfección fuera de nosotros y ésa es una de las mayores pérdidas de tiempo. La verdad es que ya somos perfectos de maneras muy individuales. Eres lo que eres. Lo más importante es disfrutar de la vida y eso sólo es posible cuando las personas se transforman en lo que realmente son.

Jesús dijo que la verdad nos hace libres; y Buda afirmó que debemos apreciar el mundo tal como es y no cuando está empañado por prejuicios. En la tradición tolteca, nos toca encontrar el camino a través de la niebla que nos confunde con opiniones antes que con hechos. Debemos aprender a volver a nuestra propia naturaleza y el amor es la claveLa vida está llena de opciones. Para tomar decisiones, las personas han de confiar en sí mismas. No importa la edad, siempre puede haber una vida distinta. Es posible recibir la inspiración hasta en el último minuto de la existencia. Hay «cuatro acuerdos» que son el espejo perfecto para mirarnos tal como somos; no como aparentamos ser, sino como realmente somos. Estos cuatro acuerdos pueden ayudarnos significativamente a cambiar nuestras vidas. Se enuncian a continuación de manera sumamente sintética:

Sé impecable con tus palabras: La palabra tiene gran poder y debe usarse con cuidado. Sé impecable con las palabras y trasciende tu nivel de existencia. Debemos evitar el uso de palabras para juzgar o avergonzar a otros, erradicando muy especialmente el chismorreo, que es particularmente venenoso.

Hay que hablar con integridad; decir solamente lo que se quiera decir; evitar hablar contra uno mismo y chismorrear sobre los demás. Se debe utilizar el poder de las palabras para avanzar en la dirección de la verdad y el amor. Toda la magia que poseemos se fundamenta en nuestras palabras; son pura magia y si se utilizan mal se convertirán en magia negra. Con una sola palabra se puede cambiar una vida o destruir a millones de personas.

La impecabilidad de nuestras palabras nos llevará a la libertad personal y a la abundancia.

No te tomes nada personalmente: Las acciones y opiniones de otras personas no tienen nada que ver contigo, pues cada uno vive su propia realidad y tiene sus propias experiencias. Si las palabras o acciones de otros nos afectan emocionalmente significa que han tocado una herida en nuestro interior, por lo que tendremos que concentrarnos en curar la herida y no en vengarnos contra el que nos ha recordado su existencia (al contrario, deberíamos estarle agradecidos).

Lo que los demás dicen y hacen es una proyección de su propia realidad, de su propio sueño, de su película. Nada de lo que hacen es por ti ni por mí. Cuando se es inmune a las opiniones y actos de los demás, se deja de ser la víctima de un sufrimiento innecesario. 

No hagas suposiciones: Suponemos porque tememos a
hacer preguntas; y, con frecuencia, los supuestos que asumimos cambian el curso de nuestras vidas. Debemos preguntar, expresar lo que deseamos y comunicarlo claramente, ya que, de lo contrario, agarrotamos nuestras vidas con malos entendidos, resentimientos y oportunidades perdidas. Hay que tener la valentía necesaria para preguntar y expresar lo que se quiere; comunicarse con los demás tan diáfanamente como se pueda a fin de evitar entuertos, tristezas y dramas.

El día que no hagamos suposiciones, nuestras palabras se volverán impecables. Nuestra vida se habrá transformado
por completo.

Haz siempre lo máximo que puedas: Si hacemos todo
de la mejor manera posible y aceptamos el resultado, nunca
será necesario compararnos con otra persona, ni nos juzgaremos con severidad si fracasamos. Lo mejor de nosotros cambia a cada instante y lo máximo que podamos hacer cambiará de un momento a otro (será distinto, por ejemplo, si estamos sanos o enfermos), mas bajo cualquier circunstancia hay que hacer sencillamente lo máximo que se pueda. De este modo, evitaremos juzgarnos, maltratarnos y lamentarnos.

Además, hay que hacer lo que gusta hacer y evitar lo que no gusta. Se debe tener fe en uno mismo y, a partir de ahí, en todo lo que se hace.



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