Elogio de una cierta edad.


Vivimos en una sociedad donde la edad es una rémora en muchas ocasiones. Así me lo muestran a cada momento. Sin ir más lejos ayer mismo. Llaman por teléfono para una encuesta. Primera pregunta: "¿Qué edad tiene?" Contesto: "Sesenta y cinco". Vuelven a preguntar: "¿No hay nadie más joven en casa?" Me quedo a cuadros. No les valgo para la encuesta. Vale, puedo entender que depende de para qué fuera la dichosa encuesta. No me lo dijeron. Colgaron.

El último Encuentro entre Buscadores del pasado miércoles 21 de febrero fue una muestra de todo lo contrario.

Ana "la súper-abuela" nos compartió su sabiduría aprendida directamente de sus experiencias vividas. Cómo supo aunar su vida "normal" o "terrícola" como yo le llamo, con su Despertar consciencial y espiritual. Todo un ejemplo de Amor hacia los suyos dentro de las diferencias normales en una familia. Maestra de la sencillez, de la honradez, del buen hacer en el día a día, de la santa paciencia para saber esperar el momento en que se pueda expresar libremente sin provocar un cataclismo familiar, del saber con quien puede hablar de depende qué temas.

Conozco a Ana desde hace unos meses, cuando apareció junto a su nieto en un Encuentro entre Buscadores ¿por error? Como otras muchas personas que vienen por vez primera, no sólo se quedó, sino que repite todos los meses y ¡por fin! se ha atrevido a compartirnos algunas de sus experiencias de Vida. Soy consciente de que hay tics que nos cuesta bastante dejar a un lado.

Desde esta tribuna pública quiero dar las gracias a Ana.

Más que una abuela, parecía una chiquilla en el patio del colegio compartiendo con sus coleguis de juego.

¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! 🙏🙏🙏



Encarna García y Muñoz
Febrero 2018

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